El argentino que tiene en sus manos la brasa más caliente del mundo
Rafael Grossi, el jefe del Organismo Internacional de la Energía Atómica advierte que, si siguen los cortes en la central nuclear Zaporiyia, "un día se acabará la suerte". La central es la más grande de Europa y la tercera más grande del mundo. Si estallara, habría una severa catástrofe mundial.
El director general del Organismo Internacional de la Energía Atómica (OIEA) es el argentino Rafael Grossi y debe ocuparse de temas realmente candentes, vinculados a las posibles hipótesis de catástrofes nucleares y atómicas en el mundo.
El funcionario, hoy, ha expresado su preocupación por el nuevo corte de suministro eléctrico en la central atómica ucraniana de Zaporiyia, que es la más grande de Europa y la tercera más grande del planeta.
La última ola de ataques ha forzado una nueva desconexión de la central de la red eléctrica, algo que no ocurría desde noviembre y que obliga a las instalaciones a tirar de generadores de emergencia, "la última línea de defensa" en palabras de Grossi, que ha hablado este jueves en la sede de la agencia.
Por este motivo, ha cargado contra la "complacencia" que supone asumir estos riesgos como algo inevitable y ha llamado a actuar: "¿Qué estamos haciendo? ¿Cómo podemos estar sentados esta mañana en esta sala y permitir que algo así ocurra?". Cada vez que pasa, ha añadido, "estamos tirando los dados".
El OIEA ha reclamado la creación de una zona de seguridad en torno a la central, controlada por las fuerzas rusas desde principios de marzo de 2022, y por boca de Grossi ha vuelto a reclamar diálogo de manera "urgente" para tratar de calmar la situación.
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