Un cáncer altamente letal y los estudios fundamentales para prevenirlo, que pocas personas se hacen en el país
Apenas el 5% de las personas en edad de hacerlos se realiza los controles para detectar un tumor que causa 20 muertes por día en la Argentina
Debido a la postergación por la pandemia, apenas el 5% de las personas en edad de hacerlos se realiza los controles para detectar un posible cáncer colorrectal. “Ese 5% es una estimación –explica Julia Ismael, exdirectora del Instituto Nacional del Cáncer (INC), directora de la Fundación Gedyt y miembro del Comité Ejecutivo de @All.Can Argentina–. En la última Encuesta Nacional de Factores de Riesgo de 2019 se indicó que el 31,6% de la población de 50 a 74 años se había efectuado alguna vez en su vida un examen de detección, pero como con la pandemia estos controles disminuyeron entre un 80% y 90%. Hoy nos enfrentamos a este descenso, que es alarmante”.
A pocos días de Día Mundial de Concientización contra el Cáncer Colorrectal, que se celebra el 31 de marzo, los especialistas recuerdan que es el segundo en prevalencia y mortalidad en nuestro país, con 16.000 nuevos casos anuales (un promedio de 43 diarios) y más de 7500 muertes: 20 por día. Aquí y en el mundo se recomiendan programas de screening o tamizaje que consisten en un test inmunoquímico de detección de sangre oculta en materia fecal, anualmente, a toda la población de 50 a 74 años.
Aproximadamente 15 de cada 100 de esos tests da positivo: algo que no siempre indica un cáncer, pero sí es un llamado de atención que requiere la práctica de una videocolonoscopía (VCC), que se realiza bajo sedación y con una preparación especial para limpiar antes el intestino. Una vez que una persona se hizo una VCC, los controles periódicos deben seguir con ese mismo método.
“En el mundo muere cerca de un millón de personas por año por este cáncer –dice Lisandro Pereyra, gastroenterólogo, endoscopista y coordinador del área de Gestión del Conocimiento del Hospital Alemán–. Sin embargo, está considerado el más fácilmente prevenible. Tiene una lesión previa o precursora de lento crecimiento, un pólipo adenomatoso que tarda más de 10 años en ser maligno y esto otorga una ventana de tiempo para estudios de prevención”.
Luis Caro, presidente de la Fundación Gedyt y director de la carrera de médico endoscopista en la Universidad de Buenos Aires (UBA), afirma que de cada 100 VCC que realizan a pacientes sin riesgo aumentado encuentran pólipos en 30 a 40 personas. “La detección y resección de estos pólipos adenomatosos, aún no malignos, permite disminuir eficazmente la incidencia de la enfermedad –confirma Caro–. La VCC es al mismo tiempo un método diagnóstico y terapéutico: en el mismo acto se diagnostica y se trata al paciente”. El viernes 31, Gedyt organiza un simposio abierto y gratuito sobre el tema (https://www.fundaciongedyt.org.ar/index.php
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